Después de escribir "Ortografía Castellana", en 1613, para seguir recordando las normas de ortografía decido escribir Sucesos de don fray García Guerra, arzobispo de México, a cuyo cargo estuvo el gobierno de Nueva España, en el que hay una "Oración fúnebre" en memoria del prelado. En él, cuento los hechos que le sucedieron al arzobispo con el que trabajé.
Después ya me dedico a la buena vida y no me importa olvidar las normas ortográficas del castellano. Toda la gente me cuida y me ayuda, eso es bueno, así no tengo que hacer nada. Me ponen lo que quiero de comer, me compran lo que quiero...
Llega un tiempo en el que me pongo muy malo. Al comunicar esto, toda la gente se pone muy nerviosa y deciden ingresarme en el hospital. En esta época, en el hospital sólo había mugre y miseria, por lo que era más fácil morir que si estuviera en mi casa echando unas partidas al dómino. Allí olía mal y de ver a las personas muriéndose... ¡ Me daba un no sé qué ! Cuando yo muriera, ¿qué pensarían las demás personas?
Después ya me dedico a la buena vida y no me importa olvidar las normas ortográficas del castellano. Toda la gente me cuida y me ayuda, eso es bueno, así no tengo que hacer nada. Me ponen lo que quiero de comer, me compran lo que quiero...
Llega un tiempo en el que me pongo muy malo. Al comunicar esto, toda la gente se pone muy nerviosa y deciden ingresarme en el hospital. En esta época, en el hospital sólo había mugre y miseria, por lo que era más fácil morir que si estuviera en mi casa echando unas partidas al dómino. Allí olía mal y de ver a las personas muriéndose... ¡ Me daba un no sé qué ! Cuando yo muriera, ¿qué pensarían las demás personas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario