domingo, 8 de marzo de 2009

Mi viaje a México

En 1608 me fui ( tras gran tiempo de esfuerzo en conseguir el puñetero permiso) a México donde dicen que hay muy buenas hembras, aunque con mi edad... ¡ No creo que nadie me quisiera !

Después del largo viaje (en esta época los medios de transporte eran unos burracos, por eso tardé tanto en llegar) llegué ya hecho polvo (de viejo) y arrugado que estaba. (Ninguna mujer quería nada conmigo)

Entré para servir al viejo (si no recuerdo mal) arzobispo fray García Guerra. Éste era aún más feo que yo, por lo tanto no me quería ni imaginar cómo se sentiría. Aunque él estaba bien acompañado, por todas las mozas que iban a confesarse de haber cometido errores.

Tras un eterno año después sirviendo al arzobispo, un día que estaba aburrido publiqué una Ortografía castellana que había escrito en mis ratos de aburrimiento. Para escribir este libro, estuve escaso de ideas porque mi mente no estaba ya capacitada para tanto. En este libro incluí todas las normas de ortografía del castellano, para cuando perdiera la memoria poder acordarme de ellas.

En mis ratos libres, también me gustaba echar unas partidas al dómino con el arzobispo. Siempre le ganaba y por eso se cabreaba mucho. La verdad es que era muy malo, pero yo también era muy fullero y lo engañaba.

De tanto perder, llegó un momento en el que se negó a volver a jugar. Por eso poquito a poco, empecé a publicar otro libro: Sucesos de don fray García Guerra, arzobispo de México, a cuyo cargo estuvo el gobierno de Nueva España.

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